En esta Parashá, la segunda del Levítico, se nos recuerdan dos temas muy interesantes, relacionados con los sacrificios (korbanot).
El primero versa sobre el hecho de que aunque -desde la destrucción del Segundo Templo- se haya interrumpido su celebración, que debían ser dos Korban Tamid por día (Shemot 29:38), en la actualidad los servicios de Shajarit y de Minjá siguen correspondiendo a sendos momentos diarios de sacrificios de aquel entonces (Essential Judaism, p.17).
Y el segundo tema que nos llama la atención es la importancia que la Torá imprime en el hecho de que las figuras que lideran al Pueblo de Israel -a cualquiera de sus comunidades por pequeñas que sean- no están exentas de cometer errores, al igual que los miembros pertenecientes.
E incluso va más allá: da por supuesto que los van a cometer. Tan es así, que establece la obligación de dos oblaciones (Minjá) diarias por parte del Cohen Gadol que acompañarán a los dos sacrificios del día (Abarbanel) (una mitad por la mañana y otra mitad al atardecer) (Rashi).
De esta forma destaca la importancia de dar ejemplo a la Comunidad, y que si el mismo Cohen Gadol es susceptible de caer en el error, igual nosotros podemos errar cotidianamente (Abarbanel).
Dado que hoy día ya no celebramos Sacrificios en el Templo, nos animó a todos a transformar esos sentimientos de culpa que a veces nos envuelven cuando erramos -que muchas veces nos entristecen y paralizan- en iniciativa y Esperanza para enmendarlos y buscar la Paz con aquél a quien hayamos herido.
Shabat Shalom
Jana, Shlijat Tzibur