Hay una pregunta que da vueltas alrededor de la Parashá de esta semana.
Después de recibir la Torá en Parashat Itro, la semana pasada, un acontecimiento tan importante, tan fuerte, tan espiritual, tan grandioso, único en la historia de la humanidad, inmediatamente después… Parashat Mishpatim.
¿Que son mishpatim? Leyes entre el hombre y su prójimo.
Qué sucede si un vecino hizo esto, y qué pasa si yo hice aquello otro, y qué ocurre si el animal de mi vecino se cae en un pozo que olvide tapar, y qué pasa si le entregué algo a mi amigo para que me lo cuide y se lo robaron o lo extravió, no maltratar a quien está en inferioridad de condiciones frente a mi, etc, etc…. cosas materiales, cosas comunes que forman parte de nuestra existencia. Problemas de cualquier sociedad. Cosas del día a día.
¿Por qué estas leyes comunes están inmediatamente después del acontecimiento más importante de nuestra historia? ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?
En un casamiento la pareja está en un momento muy elevado, en un momento muy profundo. Están bajo la Jupá, el novio le coloca el anillo a la novia, le dice la bendición para consagrarla. !Qué alegría, qué felicidad, cuánto amor! !Es un suceso único en la vida de la pareja y de sus familiares!
¿Y qué se hace inmediatamente después? Se lee la Ketubá. El documento en el cual el hombre se compromete a tomar ciertas obligaciones respecto a su mujer. Un documento legal.
Nuevamente, estamos en una cima de cosas emocionantes, profundas, y de repente lo bajamos a cosas mundanas, materiales.
¿Porque? Por qué todo ese amor, toda esa luz, ese momento sublime, no va a perdurar por siempre, sino que las sensaciones y las emociones van y vienen, como les pasa a todos los seres humanos.
Y a pesar de eso, nosotros siempre tenemos que conducirnos de la forma correcta. Transformar esas emociones en cosas concretas, en un respeto entre los cónyuges, en una responsabilidad de sostener y de honrar los vínculos, en un equilibrio dentro de la sociedad para construir un espacio habitable que se acerque lo más posible al ideal Divino.
Y por eso no debería sorprendernos que luego de Parashat Itro, la recepción de la Torá, el momento de mayor espiritualidad de nuestra historia como Pueblo, encontremos Parashat Mishpatim, la porción que se dedica a ordenar y legislar las cosas mundanas, sin las cuales, no nos sería posible sostener nuestro nexo con lo Divino.
Con cariño y afecto te deseo Shabat Shalom.
Fernando Lapiduz
Guía espiritual y Referente Rabínico
Congregación Masorti Bet-El, Madrid.