Cuando las tribus se pararon frente el mar, una dijo: no descenderé primero al mar, y la otra dijo: no descenderé primero al mar… Mientras estaban de pie y deliberando sobre qué hacer, Najshon saltó y entró al mar… Inmediatamente, el Omnipresente le dijo a Moshé: mi amado se está ahogando en el mar, el mar está bloqueado y el enemigo está persiguiendo, ¿y tú simplemente estás de pie y ensimismado en tu oración? Moshé dijo ante Él: Maestro del Universo, ¿qué voy a hacer? Ds le dijo: “…levanta tu vara y extiende tu mano sobre el mar y divídelo» (Éxodo 14:16)… El Omnipresente dijo: como recompensa para Najshón, quien inicialmente Me trató como Rey al obedecer Mi voluntad en el mar, haré que su descendiente, David, sea rey sobre Israel.
(Mejilta deRabbi Ishmael, Beshalaj)
Sucede algo curioso cuando los israelitas llegan frente al Mar Rojo. Al darse cuenta que los egipcios los perseguían para aniquilarlos van hacia Moshé para quejarse:
“Dijeron (el pueblo) a Moshé: ¿Acaso porque no hay tumbas en Egipto nos trajiste a morir en el desierto? ¿Qué es esto, lo que nos has hecho al sacarnos de Egipto? Déjanos regresar pues “es mejor para nosotros servir a los egipcios antes que morir en el desierto”.
Moshé los tranquiliza:
“¡No temáis! Permaneced erguidos y presenciad la salvación de Adonai: lo que va a hacer para vosotros hoy. Pues como habéis visto a los egipcios hoy, no volveréis a verlos más, por siempre”.
Inmediatamente Ds le dice a Moshé:
“¿Por qué clamas hacia Mí? ¡Habla a los hijos de Israel y que partan! Y tú (Moshé), alza tu vara y extiende tu mano hacia el mar y pártelo y que entren los hijos de Israel en el medio del mar: por lo seco”.
Pero ¿de dónde se deduce que Moshé estaba clamando?
Rashi se hizo esta pregunta hace mil años: “No se menciona que oró a Ds, pero (el texto) nos enseña que Moshé se mantuvo rezando. Ante lo cual el Santo, bendito sea, le dijo: No es tiempo ahora de orar largamente, cuando Israel está en problemas”.
Como vemos, Moshe pudo haber actuado así “en automático”, haciendo lo que le salió en el momento o lo que sabía, dejándose llevar por la angustia. Ante esto el Creador le recuerda que rezar no era suficiente, y menos en esos momentos, hay momentos para la plegaria y otros para la acción. Por lo que le indica “¡Habla a los hijos de Israel y que partan! Y tú (Moshé), alza tu vara y extiende tu mano hacia el mar y pártelo y que entren los hijos de Israel en el medio del mar: por lo seco”.
En general hemos entendido esto de una manera no correcta. Siempre hemos pensado (¿quizás por influencia del cine?) que la secuencia fue: Moshé levanta su vara, las aguas se abren, el pueblo pasa. Pero vemos de la fuente en la Tora que no fue así: primero la gente se puso a marchar (con Najshon ben Aminadav a la cabeza) y cuando el agua les llegó al cuello, recién después Moshé levanta la vara para que las aguas se abran.
Si no empezamos el “movimiento” aquí abajo, difícilmente desde Arriba nos llegue la ayuda cuando la necesitemos.
Con cariño y afecto te deseo Shabat Shalom.
Fernando Lapiduz
Guía espiritual y Referente Rabínico
Congregación Masorti Bet-El, Madrid.