Así dice parashat Vayikrá, la primera parashá del libro de Levítico. En esta parashá, Dios cuenta a Moisés de los sacrificios del Mishkán, o el tabernáculo, un tipo de tienda de campana grande donde vive la gente. Entre los sacrificios están las ofrendas de platos hechos de harina y aceite, ofrendas de paz y sacrificios hechos por haber cometido pecados sin querer. Estos sacrificios se llaman «korbanot». Korban tiene la raíz kuf, reish y bet, formando la palabra «kerev», o «cercanía».
Esa cercanía se refiere a la importancia de la cercanía entre Dios y el ser, el factor propulsor tras esas ofrendas. Tanto como existen las fuerzas que nos unen, existen fuerzas que nos dividen y nos alejan. En el Tanaj, son los cuatro reinos» Babilonia, Media (hoy ocuparía territorios entre Turquía, Irán y Afganistán), Grecia y Edom (hoy ocuparía una gran parte del sur de Israel y Jordania). Esos reinos no solamente representan las fuerzas que intentan romper la relación entre el pueblo de Israel y Dios, también representan los pecados cometidos por los demás seres humanos, los enemigos del pueblo de Israel, teniendo en cuenta que cada uno de estos reinos fue especialista en unos de esos pecados.
Sin embargo, el pueblo de Israel es poderoso en su unión y gracias a eso, puede resistir a estos pecados con una creencia y alabanza uniforme a Dios.
Esa parashá representa la posibilidad de conflicto entre seres humanos sobre varios temas y que esos conflictos se pueden resolver gracias a la unión entre personas, un mentor, la comunicación y resistir tentaciones y enemigos. Todos hemos tenido peleas, todos nos hemos llevado mejor con algunas personas que con otros. Sin embargo, siempre se habla y se ofrece, por una parte no oficial y otra parte oficial, la amistad y la paz, respetivamente.
Sagiv, Coordinador Marom España