Mario Karpuj, rabino de la Comunidad Bet-El de Madrid nos comenta ñla parashá de la semana.
Torá para este momento
Rabino Mijael Even David
Kehillat Eshel Avraham, Beersheva
18 Julio 2024 / 12 Tamuz 5784
Balac, rey de Moav, tiene miedo de los israelitas y le pide a Bilaam, el
hechicero, que los maldiga, porque cree que ésta es la única manera
de derrotarlos en la batalla. Tiene miedo y por eso elige maldecir y
menospreciar. En contraste, Dios transforma la maldición en
bendición, porque Él sólo sabe bendecir. Para Dios no hay miedo y
donde no hay miedo no hay maldición.
Inmediatamente después de crear el mundo, el Santo Bendito Sea lo
bendice y construye en nosotros la capacidad de bendecir a otros.
Dios le aseguró a Abraham que seremos una bendición. Eso no es
tan simple, porque la condición humana básica es el miedo y la
supervivencia. Es difícil bendecir desde un lugar de miedo. Pero Dios
espera que bendigamos y seamos una bendición.
Si nuestra voz interna es de maldición, una voz que busca debilitar al
“otro” (y por ende a nosotros mismos), entonces, aparentemente, el
miedo gobierna nuestras vidas. Bajo la superficie existe la
oportunidad de cambiar, de adoptar un enfoque de bendición y de
vida. Nuestro mundo fue creado mediante bendiciones y ha sido
sostenido mediante bendiciones.
Ven, seamos bendición.