Parashá Toldot 2024

Mario Karpuj, rabino de la Comunidad Bet-El de Madrid nos comenta la parashá de la semana, el gran mensaje de esta semana es que sea donde vayamos el Eterno ha prometido estar con nosotros. #israel #judaismoenespañol #masorti #judaismoenespaña #sefarad

Torá para este momento
Rabino Ehud Bandel
Jefe del Tribunal Rabínico de Conversión de
la Asamblea Rabínica de Israel, Av Beit Din
28 Noviembre 2024 / 27 Mar Jeshvan 5785

“No extiendas tu mano contra el muchacho” (Génesis 22:12)
Vivimos en una realidad demencial en la que nos
despertamos cada mañana con ansiedad, temerosos de oír
a los medios de comunicación decirnos que “ahora están
autorizados a hacer públicas” las noticias de otra víctima
más de la guerra y el terrorismo.
El poeta hebreo Jaim Guri, en su poema “Herencia”
(“Yerushá”), escribe que Isaac legó a sus descendientes ese
momento horrible de su atadura y casi sacrificio: “Nace
con el cuchillo en el corazón”.
El espíritu de sacrificar a sus hijos ha sido parte de la
historia del pueblo judío desde el amanecer de su
existencia. Desde Abraham, quien ató a su hijo Isaac en el
altar, pasando por las historias de una madre (Jana) y sus
siete hijos, hasta nuestros días, en persona, con Rivka
Guber y Miriam Peretz, cada una de las cuales perdió dos
hijos en las guerras de Israel.
Su sacrificio es, de hecho, un excelente ejemplo de la
dedicación y el autosacrificio que nuestra tradición llam
“kidush haShem”, la santificación del nombre de Dios. Si
embargo, si hay algo que la historia de la Akedá, el casi
sacrificio de Isaac por parte de Abraham, nos enseña, no es
que debamos estar dispuestos a sacrificar a nuestro
propios hijos, ¡sino todo lo contrario! ¡Dios no desea
sacrificios humanos! El nombre de Dios se santifica a través
de nuestras vidas, y debemos hacer todo lo posible para
protegerlas.