Moshe ordena que, al entrar el Pueblo a la tierra de Israel, lleven a cabo una ceremonia con bendiciones y maldiciones pronunciadas por los Levitas, mientras el resto del Pueblo se situaría en la mitad, entre el Har Guerizim y Har Eval para responder “Amen” a cada declaración.
En esta ceremonia se menciona una lista de maldiciones y de bendiciones. La lista de las maldiciones (“Arur”) comienza con la idolatría: “maldito aquel que se haga una imagen…”.
Es interesante que inmediatamente después, continúa la lista donde encontramos únicamente las transgresiones “ben adam la javeró”, entre el hombre y el prójimo, es decir, luego de de la gravísima transgresión de idolatría, con la que daba comienzo esta ceremonia, venían aquellas que se dedican a las relaciones interpersonales, por ejemplo, “maldito el que falte el respeto a su padre y a su madre”, “maldito el que retroceda los limites de la propiedad de su vecino”, “maldito el que extravíe al ciego de su camino”, etc.
Finalmente toda la lista culmina con una declaracion que se parece a un resumen general: “Arur asher lo iakim et dibrei atora azot, laasot otam, «maldito aquel que no cumpla estas palabras de la Tora, para llevarlas a cabo”.
Quiero destacar esto ya que el hecho de que la Torá ponga el foco en determinadas cosas nos debería llamar profundamente la atención.
No en pocas oportunidades nuestras sabios han sabido enseñarnos a las siguientes generaciones el mensaje profundo de la Tradición de Israel, haciéndose eco de esta idea. El gran Hillel le respondió cierta vez a alguien que quería ser parte de Am Israel “no le hagas a tu prójimo lo que no quieres que te hagan a ti”. Y Rabi Akiba declaró, en el mismo sentido, “Amarás al prójimo como a ti mismo, ze klal gadol ba Tora, esta es una gran regla de la Tora”.
Qué importante es el mensaje que nos trae la Parashá esta semana!
Y nunca más oportuno que en estos días de Elul, en que se nos llama a reparar nuestros vínculos descuidados, resquebrajados o rotos, como preparación para el Iom Hadín, el sagrado dia de Rosh Hashaná.
¿Esto nos exime de cumplir y cuidar el resto de las Mitzvot? ¿Es suficiente con ser “buena persona”?
Para nada!! Jas Vejalila!
Pero lo fundamental que vemos en este caso, que Moshe quería transmitir, es la importancia del cuidado en el vinculo “ben Adam la javeró”. Nuestra Tradición nos llama a dar prioridad y ser sumamente cuidadosos en nuestra relación con todos aquellos que, de una forma u otra, nos rodean.
Luego, seguramente, tendremos el Cielo ganado.
Con cariño y afecto,
Shabat Shalom,
Rab Fernando Lapiduz,
Congregación Masorti Bet-El, Madrid.