En nuestra parasha, como parte del último discurso de Moshe recordando al pueblo sus obligaciones, nos encontramos con las palabras que, con el tiempo, se convirtieron en uno de los rezos más importantes de nuestra Tradición: el Shema Israel.
Y hoy me gustaría resaltar la sabiduría de estas palabras, que rezamos dos veces cada día de nuestras vidas, cuando dicen que las tomemos con seriedad, que no seamos idolatras, que seamos creyentes, y que todo esto lo tengamos siempre en mente:
וְהָי֞וּ הַדְּבָרִ֣ים הָאֵ֗לֶּה אֲשֶׁ֨ר אָנֹכִ֧י מְצַוְּךָ֛ הַיּ֖וֹם עַל־לְבָבֶֽךָ׃ וְשִׁנַּנְתָּ֣ם לְבָנֶ֔יךָ וְדִבַּרְתָּ֖ בָּ֑ם בְּשִׁבְתְּךָ֤ בְּבֵיתֶ֙ךָ֙ וּבְלֶכְתְּךָ֣ בַדֶּ֔רֶךְ וּֽבְשָׁכְבְּךָ֖ וּבְקוּמֶֽךָ׃
“Habrán de estar las palabras estas -que Yo te ordeno hoy- sobre tu corazón. Las habrás de inculcar a tus hijos y hablarás de ellas: al estar en tu casa, y en tu andar por el camino, al acostarte y al levantarte.”
Es decir que de estas palabras, de nuestra creencia más profunda, de nuestra fe, de nuestras mitzvot, debemos hablar. ¿Y cuándo?
No dice en el Bet Hakneset, en la Sinagoga o en el Templo.
Dice “veshivteja bebeiteja ubelejteja baderej uveshojvejá uvekumeja”, “al estar en tu casa, y en tu andar por el camino, al acostarte y al levantarte”. Prácticamente en todo momento.
De esto podemos aprender que Moshe sacó los valores religiosos de dentro de un lugar específico, los extrajo fuera de la Sinagoga, del Templo o del Santuario, y los trasladó a la vida regular, a la vida diaria. Es decir que no deben estar circunscriptos solamente a algunos momentos o lugares de culto, sino que toda nuestra vida debe estar impregnada de estos principios de la Tora.
Y de alguna manera introdujo también el manejo del tiempo libre el cual, en el mismo sentido, debe estar bajo la influencia de estos valores. Los tenemos que tener presentes cuando estamos tranquilamente en nuestra casa, cuando descansamos, cuando hacemos una pausa en nuestra rutina, y también cuando trabajamos.
Esto fue y sigue siendo de un impacto tremendo en nuestra vida judía, en la medida en que lo pongamos en práctica.
El mensaje es claro: la vida judía no debe estar limitada exclusivamente a un sitio o a un momento. Desde que nos levantamos hasta que nos vamos a dormir debemos tener la ética, la moral y la práctica de nuestra milenaria Tradición entre nosotros, delante de nuestros ojos, como presencia perpetua.
Con cariño y afecto
Shabat Shalom
Fernando Lapiduz
Congregación Masorti Bet-El, Madrid, España.