Esta semana leemos de la Torá las ultimas dos parshiot del Sefer Bamidvar, Matot y Maséi. La Parashá nos enseña acerca de las travesías del pueblo de Israel en su andar por el desierto: “Ele masaei Bnei Israel asher iatzú meeretz Mitzraim…”.
Y como sabemos, el pueblo de Israel tuvo largas travesías durante 40 años en el desierto.
Qué es un Masá? Qué es una travesía? Acaso es lo mismo una travesía y un paseo?
Un paseo es cuando salimos a visitar un lugar bonito, un lugar diferente, conocer paisajes, conocer nuevas personas, tener experiencias nuevas. Y sacamos fotos, y cuando volvemos podemos contar que estuvimos en ese sitio, mostramos las fotos y relatamos acerca de nuestro paseo. Nosotros pasamos por ese lugar, y nos trajimos experiencias, imágenes, aromas, etc.
Pero una travesía es algo muy distinto. Al emprender una travesía, no solamente visitamos un lugar, sino que, al regresar, lo hacemos diferentes, cambiamos internamente.Una travesía es también un paseo en el que tuvimos determinadas experiencias, que influyeron sobre nuestra alma, nuestro intelecto, nuestra forma de vida. Nosotros pasamos por ese lugar, al igual que en los paseos, pero esas experiencias nos atravesaron y quedaron en nosotros, dejando una profunda huella en nuestro interior y, luego de ello, no somos los mismos.
Salir a un paseo y regresar diferente, cambiado, me da la pauta de que ese paseo se transformó en una travesía.
El pueblo de Israel en el desierto no tuvo un paseo, tuvo claramente una travesía. Una larga travesía. Porque durante los 40 años en el desierto sufrieron cambios profundos, radicales.
El Baal Shem Tov, el fundador del movimiento Jasídico, dice que hay dos tipos de travesías. Están aquellas que son colectivas y las individuales.
A veces un pueblo sale a una larga travesía, tal como lo expresa la parashá de esta semana respecto a Israel.
Esta época del año de tres semanas, llamada Ben Hametzarim, que comenzó con el ayuno del 17 de Tamuz y se extiende hasta el trágico 9 de Av, es un llamado de atención para inaugurar nuestro período de travesía individual en esta segunda mitad del año.
La Halajá requiere leer tres Haftarot especiales en los sábados de estas tres semanas, Haftarot que se llaman “Telata De’puranuta” – “las tres de la calamidad”. Todas estas profecías advierten sobre la destrucción del Bet HaMikdash y el exilio del pueblo judío.
Seguidamente, al concluir el ayuno de Tisha be Av y hasta Rosh Hashaná, comienza un periodo de siete semanas de consuelo -Shivá shel Nejamata- que nos acompañan hasta el Día del Juicio, período en el que se intensifica el auto juzgamiento en un sumido y exhaustivo balance sobre nuestra vinculación con el prójimo y con Ds.
Son en total diez semanas de travesía hasta el Iom Hadin. Son diez semanas en que debemos atravesar nuestra existencia, con muchísima más atención y acción para mejorar mi vínculo, primero, conmigo mismo, luego con los demás y recién despues con el Creador. En ese orden. Así podré llegar un poco mejor preparado al día en que deberé presentarme ante Hakadosh Baruj Hu para Su juicio en Rosh Hashaná.
En la búsqueda constante de una mejor transformación espiritual, te deseo la mejor de las travesías este año. Para transformarte en la mejor versión de ti mismo.
Con cariño y afecto,
Shabat Shalom,
Fernando Lapiduz,
Congregación Masorti Bet-El, Madrid, España.