Este jueves, desde el alba hasta la salida de las estrellas, es el Ayuno de Ester. Luego comenzamos con toda la la alegría la festividad de Purim, que culminará con la entrada del Shabat.
Ya el jueves por la noche, con el comienzo de Purim, escuchamos Meguilát Ester, la primera de dos veces que lo hacemos en la fiesta, y nos alegramos. El viernes durante el día escuchamos la Meguilá por segunda vez y ademas cumplimos también con las otras mitzvot de Purim: Matanot Laevionim (damos caridad al menos a dos personas que lo necesitan o lo realizamos a través de las organizaciones que se ocupan de ello), Mishloaj Manot (enviamos dos regalos comestibles, al menos, a un amigo o conocido en honor a la Fiesta) y hacemos una Seudá (comida festiva) también en honor a Purim.
Una de las costumbres más conocidas de Purim es que nos disfrazamos. ¿Por qué hacemos esto? Porque en Meguilat Ester nada es lo que parece.
Si nosotros leemos con atención la historia de Purim vemos que no aparece el nombre de Ds en forma explicita ni siquiera una sola vez.
¿Cómo es posible que en un libro del Tanaj no se mencione al Creador ni una vez? Uno podría decir que los acontecimientos del relato de Meguilat Ester fueron cosas que se fueron dando en forma casual, o cada evento provocado como consecuencia del que lo antecedió. O que la trama es lógica, según lo que estaba ocurriendo.
Vale la pena recordar en este punto, que el 100% de los judíos en aquella época, en tiempos del reinado de Ajashverosh, vivían en el Imperio Persa. Considerando esto, ¿qué hubiera pasado si los planes del malvado Hamán, de eliminar a todos los judíos del imperio, se hubieran llevado a cabo?
Si vemos toda la historia, es más que obvio que todo lo que pasó fue un gran milagro desde el Cielo para salvar a todo el Pueblo Judío. Ds siempre estuvo allí, detras de la trama. No es necesario mencionarlo.
Lo mismo pasa en cada aspecto de nuestras vidas. Hay veces que Ds está de forma oculta, sin embargo en eso mismo radican los más grandes milagros. Es cuestión de reforzar nuestra fe, vivir conscientes de ello, buscarlos (a los milagros!) y encontrarlos.
Como dijo alguna vez el gran Albert Einstein:
“Existen dos formas de ver la vida: una es creer que no existen los milagros, la otra es creer que todo es un milagro”.
Yo elijo la segunda opción. ¿Y tú?
Te deseo que puedas vivir la Fiesta de Purim en forma alegre y segura, junto a tus afectos.
Jag Purim Sameaj y Shabat shalom.
Con cariño y afecto.
Fernando Lapiduz.
Referente Rabínico de la Congregación Masorti Bet-El, Madrid.